viernes, 7 de octubre de 2016

Pastizales


En las regiones templadas de América del Norte hay desiertos en las sombras orograficas al este de las cordilleras, como la Sierra Nevada y las montañas Rocallosas. Hacia el este, a medida que la precipitación pluvial aumenta poco a poco, el terreno comienza a sostener más y mas pastos, hasta formar las praderas de la región central norte de Estados Unidos Casi todos los biomas de pastizal o pradera están situados en el centro de los continentes, como en Norteamérica y Eurasia, donde reciben de 250 a 750 mm anuales de lluvia. En general, los pastizales tienen una cubierta continua de pasto y práctica- mente carecen de árboles, salvo a lo largo de los ríos. Desde las praderas de pastos altos de Iowa, Missouri e Illinois, don- de la lluvia es relativamente abundante hasta las praderas de pastos bajos del este de Colorado, Wyoming y Montana, los pastizales de Norteamérica alguna vez se extendieron a lo largo de casi la mitad del continente.

El agua y el fuego son los factores fundamentales en la competencia entre pastos y árboles. Los veranos calurosos y secos, así como las frecuentes sequías de las praderas de pastos bajos son tolerados por estos últimos, pero resultan letales para los árboles. Los bosques son los ecosistemas climax en las praderas de pastos altos de la región más oriental, pero históricamente los árboles fueron destruidos por los frecuentes incendios, iniciados por los relámpagos o por los indígenas de América del Norte con el propósito de mantener tiemas de pastoreo para el bisonte. Aunque el fuego destruye la parte al ta de los pastos, por lo regular sus sistemas de raíces sobreviven: los árboles, en cambio, mueren sin remedio, En un tiempo los pastizales de América del Norte sostenían enormes manadas de bisontes: hasta 60 millones de ellos a principios del siglo xix. 

Todavía se puede ver al antílope americano en algunas praderas del oeste de Estados Unidos; el gato montés y el coyote son los principales depredadores grandes en esa región. Los pastos que crecieron y se descompusieron durante miles de años produjeron el que quizá sea el suelo más fértil del mundo. Un acre (4000 metros cuadrados) de una pradera de altos pastizales naturales en Estados Unidos da sustento a entre 200 y 400 diferentes plantas nativas. 

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