En
las regiones templadas de América del Norte hay desiertos en las
sombras orograficas al este de las cordilleras, como la Sierra Nevada
y las montañas Rocallosas. Hacia el este, a medida que la
precipitación pluvial aumenta poco a poco, el terreno comienza a
sostener más y mas pastos, hasta formar las praderas de la región
central norte de Estados Unidos Casi todos los biomas de pastizal o
pradera están situados en el centro de los continentes, como en
Norteamérica y Eurasia, donde reciben de 250 a 750 mm anuales de
lluvia. En general, los pastizales tienen una cubierta continua de
pasto y práctica- mente carecen de árboles, salvo a lo largo de los
ríos. Desde las praderas de pastos altos de Iowa, Missouri e
Illinois, don- de la lluvia es relativamente abundante hasta las praderas de pastos bajos del este de Colorado, Wyoming y
Montana, los pastizales de Norteamérica alguna vez se
extendieron a lo largo de casi la mitad del continente.
El agua y el
fuego son los factores fundamentales en la competencia entre pastos y
árboles. Los veranos calurosos y secos, así como las frecuentes
sequías de las praderas de pastos bajos son tolerados por estos
últimos, pero resultan letales para los árboles. Los bosques son
los ecosistemas climax en las praderas de pastos altos de la región
más oriental, pero históricamente los árboles fueron destruidos
por los frecuentes incendios, iniciados por los relámpagos o por los
indígenas de América del Norte con el propósito de mantener tiemas
de pastoreo para el bisonte. Aunque el fuego destruye la parte al ta
de los pastos, por lo regular sus sistemas de raíces sobreviven: los
árboles, en cambio, mueren sin remedio, En un tiempo los pastizales
de América del Norte sostenían enormes manadas de bisontes: hasta
60 millones de ellos a principios del siglo xix.
Todavía se puede
ver al antílope americano en algunas praderas del oeste de Estados
Unidos; el gato montés y el coyote son los principales depredadores
grandes en esa región. Los pastos que crecieron y se descompusieron
durante miles de años produjeron el que quizá sea el suelo más
fértil del mundo. Un acre (4000 metros cuadrados) de una pradera de
altos pastizales naturales en Estados Unidos da sustento a entre 200
y 400 diferentes plantas nativas.